domingo, 26 de septiembre de 2010

Hiperhomocisteinemia, envejecimiento y enfermedad de Alzheimer:

La metionina es un aminoácido esencial, por lo tanto el ser humano no lo puede sintetizar, haciéndose necesaria su obtención a partir de los alimentos. Se encuentra en las carnes rojas, pescado y carnes de aves, así como también en el tofu, frutas frescas y disecadas, maíz, ajo y espinacas entre otros. La homocisteína es un aminoácido que se produce en el organismo como consecuencia de la descomposición de la metionina. Los seres humanos tenemos la capacidad de utilizar la homocisteína que producimos y transformarla nuevamente en metionina con la ayuda del ácido fólico.

Algunas personas heredan una dificultad genética para procesar la homocisteína, produciéndose una acumulación de este aminoácido en el torrente sanguíneo. Investigaciones han confirmado que un aumento moderado de homocisteína en plasma se relaciona en forma lineal con aumento del riesgo de ateroesclerosis y bloqueo de vasos sanguíneos (trombosis), producto de daños en la pared arterial y trastornos de la coagulación. El nivel elevado de homocisteína es un factor de riesgo de enfermedad arterial oclusiva presente en el 13% de los pacientes con arteriopatía coronaria, 35% de los pacientes con enfermedad cerebrovascular y 47% de los pacientes con arteriopatía periférica.

Según datos del estudio Framingham, en personas mayores de 70 años con niveles elevados de homocisteína se incrementa el riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer en un porcentaje igual o superior al 150%. Las personas con alteraciones metabólicas como resistencia a la insulina ó diabetes tienen un mayor riesgo de niveles elevados de homocisteína y mayor dificultad para mantenerlos en niveles cercanos a la normalidad, además de que ambas condiciones colocan a la persona en situación de riesgo de pérdida de la memoria.

El consumo de alimentos que contienen compuestos con capacidad antioxidante y antiinflamatoria retardan el deterioro cerebral producto del proceso de envejecimiento y mejoran la memoria. Las espinacas no solo contienen un amplio surtido de este tipo de compuestos, sino que además es una de las pocas fuentes de ácido alfa-lipoico, un potente antioxidante; son además ricas en ácido fólico, una de las armas más contundentes que tiene el organismo para utilizar la homocisteína, evitando el daño que produce su acumulación plasmática.

Dra. Iraima Acuña. Especialista en Nutrición.

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