El mejor combustible para el cerebro y el sistema nervioso son los hidratos de carbono de liberación lenta, que el cuerpo transforma en glucosa, liberando energía de forma progresiva y constante y evitando la formación de sustancias tóxicas. Los carbohidratos complejos son: las legumbres o leguminosas (alfalfa, arvejas, frijoles, lentejas, garbanzos, habas, soya, maní, etc), las verduras ricas en almidón (batata, papa, maíz, etc) y cereales integrales (arroz, avena, cebada, etc).
Dra. Iraima Acuña. Especialista en Nutrición.
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