Los ácidos grasos esenciales: ácido linoleico (omega 6 poliinsaturado) y alfa linolenico (omega 3 poliinsaturado) una vez en el cuerpo, se pueden convertir en otros ácidos grasos poliinsaturados como el ácido araquidónico (AA), el ácido eicosapentanoico (AEP) y el ácido decosahexanoico (DHA), los precursores de los eucosanoides, grupo de compuestos poderosos que afectan varios procesos biológicos, incluyendo la agregación y coagulación de plaquetas en la sangre y la contracción de los vasos sanguíneos (hemostasia). Los eucosanoides controlan las reacciones inflamatorias y su liberación es una respuesta normal a las lesiones para ayudar a reparar el tejido dañado.
El ácido graso que mayoritariamente se incorpora a los fosfolípidos de las membranas celulares es el ácido araquidónico (AA) por lo tanto, el precursor más importante de los eicosanoides tanto cualitativa como cuantitativamente. El AEP compite con el ácido araquidónico por las enzimas implicadas en su metabolismo y dependiendo de su disponibilidad (la cual está determinada por el perfil de ácidos grasos ingeridos en la dieta), se sintetizarán eucosanoides de una u otra serie que se diferencian en la velocidad de síntesis y en la intensidad de sus efectos: los eucosanoides que se derivan del ácido eicosapentanoico (AEP) no tienden a promover la inflamación: las dietas ricas en ácidos grasos omega 3 producen eucosanoides más beneficiosos, menos inflamación y reducen el riesgo de enfermedades crónicas, comparado con las dietas ricas en ácidos grasos omega 6.
El ácido alfa linolénico (AAL) (omega 3) se incorpora a los fosfolípidos de las membranas de las células, en donde interfiere con la conversión del ácido linoleico a ácido araquidónico y en consecuencia, bloquea la conversión de ácido araquidónico a eicosanoides proinflamatorios; bloquea además la formación de citoquinas, proteínas liberadas por las células inmunes como respuesta a lesiones, infecciones o exposición a substancias extrañas. Estos nutrientes por tanto, contribuyen a construir y reconstruir el cerebro y el sistema nervioso, permitiendo su funcionamiento óptimo.


Dra. Iraima Acuña. Especialista en Nutrición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario