domingo, 16 de mayo de 2010

Alimentación, Estado Nutricional e Inmunidad

El mantenimiento del sistema inmunológico requiere un consumo constante de todas las vitaminas y minerales necesarios, por lo que hay que asegurarse de seguir una dieta equilibrada. La ingesta energética tiene una influencia considerable en la actividad inmunológica: las personas desnutridas presentan un mayor riesgo de contraer infecciones. Los regímenes de adelgazamiento de menos de 1.200 kcal al día también pueden hacer disminuir la función inmunológica, lo que constituye una buena razón para evitar las poco saludables "dietas milagrosas". 

Por otra parte, el aporte excesivo de energía también puede afectar a la capacidad del sistema inmunológico de combatir las infecciones: la obesidad está asociada a una mayor incidencia de enfermedades infecciosas, además de que las personas obesas son más propensas a desarrollar enfermedades cardiacas coronarias, las cuales están relacionadas con alteraciones de la función inmunológica.

La reducción de las grasas en la dieta es importante para el control del peso, pero también influye en el funcionamiento del sistema inmunológico. Las dietas ricas en grasas reducen la respuesta inmunológica, aumentando así el riesgo de infecciones. Por lo tanto, si se reduce el contenido de grasa en la dieta, la actividad inmunológica aumenta. De esta forma, además de prevenir las infecciones, se podría fortalecer el tipo de células inmunológicas que combaten las células tumorales. No obstante, no es sólo una cuestión de cantidad, también es importante asegurar un aporte equilibrado de los diferentes ácidos grasos.

 
El consumo regular de productos lácteos fermentados como el yogur puede aumentar las defensas inmunológicas intestinales. Algunos estudios recientes sugieren que el yogur elaborado con bacterias probióticas, puede tener un efecto beneficioso en el sistema inmunológico (mayor resistencia a los microorganismos que provocan las intoxicaciones alimentarias, por ejemplo). Sin embargo y hasta la fecha, la mayoría de las investigaciones indican que los complementos alimenticios no estimulan la respuesta inmunológica en individuos sanos y bien alimentados aunque en ancianos la suplementación puede aumentar su función inmunológica.

Dra. Iraima Acuña, Especialista en Nutrición.

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