El ácido araquidónico (AA) es el ácido graso que mayoritariamente se incorpora a los fosfolípidos de las membranas celulares, por lo tanto es el precursor más importante tanto cualitativa como cuantitativamente de eucosanoides proinflamatorios.
Dra. Iraima Acuña, Especialista en Nutrición.
El ácido alfa linolénico (omega 3) se incorpora a los fosfolípidos de las membranas celulares, interfiriendo con la conversión del ácido linoleico al ácido araquidónico y por tanto la conversión de ácido araquidónico a eicosanoides proinflamatorios, bloquea además la formación de citoquinas proinflamatorias (proteínas liberadas por las células inmunes como respuesta a lesiones, infecciones o exposición a substancias extrañas) procedentes de los omega 6 y disminuye la acumulación de linfocitos en los lugares de inflamación, bien por inhibición de su proliferación o por incremento de la apoptosis (muerte celular programada). La suplementación con omega 3 afecta además la expresión de antígenos en la superficie de los linfocitos, siendo el ácido eicosapentanoico (AEP) responsable del efecto reductor que tienen los ácidos grasos omega 3 sobre los triglicéridos.
Las dietas ricas en ácidos grasos omega 3 producen eucosanoides más beneficiosos, menos inflamación y reducen el riesgo de enfermedades crónicas comparado con las dietas ricas en ácidos omega 6. Estos beneficios han llevado a considerar a los ácidos grasos omega 3 como inmunonutrientes El efecto de los ácidos grasos omega 3 puede variar dependiendo de las dosis utilizadas, de la duración de la suplementación y del tipo de ácido graso que se utilice.
Dra. Iraima Acuña, Especialista en Nutrición.
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